11 de marzo de 2008

Un genio contra sí mismo

La visión y la seguridad del director, basadas en su amor por el cine y sus años de experiencia, le permitieron dirigir Munich de forma diferente a sus anteriores películas. A pesar de tener una visión muy clara de la historia, no se sirvió de un storyboard. Trabajó de forma muy espontánea y orgánica, basándose en la intuición para desarrollar cada escena. Por lo tanto, la colaboración entre el equipo artístico y técnico durante el rodaje debía ser muy estrecha. Daniel Craig, un miembro del equipo de asesinos, dice: “Steven es extremadamente fluido a la hora de dirigir. Si ve algo, intenta usarlo inmediatamente. Me entusiasma trabajar así, aunque también da miedo. Pero si ése es el estilo de rodaje, es mejor estar con Steven Spielberg. Aporta un sinfín de conocimientos cinematográficos”.

Steven Spielberg, de conocido origen judío, puso todas las cartas sobre la mesa, yendo en serio en pos de sus designios, echando por tierra su imputada condición de timorato inocuo con respecto a la crudeza visual de una violencia que se expande a lo largo de la cinta con incómodo desabrimiento, ensangrentando la pantalla con efusión, con brutalidad extrema e inusual dentro del cine del director de ‘E.T.’, una violencia ineludible cuando lo que se pretende es promover la idea de la irracionalidad inherente a la sangre y a la venganza. El director utiliza todos y cada uno de los recursos cinematográficos para estructurar con minuciosidad los planteamientos morales y políticos a través de la acción sin freno, del manejo del género de espionaje, del drama, de la reflexión analítica de un tema tan arriesgado que es imposible no subrayar la posición moral de un director al que no le hacía falta, desde su cómoda posición en Hollywood, a meterse de lleno en proyecto de profundo calado como es esta película.

La importancia que tiene Munich en la filmografía de su director no procuró muchos comentarios entre la crítica, parte exenta de capacidad analítica y otra obcecada con lo explícito. Dos razones:

En primer lugar, su escabrosa temática. Desde que en 1984 filmara The Purple Color, Spielberg dejó a las claras que los grandes espectáculos mainstream no eran las únicas inquietudes que le movían a dirigir películas. Desde aquella narración sobre la vida de los esclavos en los States, esta vertiente ideológica (falsa y comúnmente denominada “seria”) de la filmografía del realizador se ha visto sazonada con diversos títulos que han tratado otras cuestiones de especial trascendencia histórica y moral para el realizador, especialmente la segunda guerra mundial (un filme bélico – Save Private Ryan- y un drama acontecido en un campo de concentración japonés – Empire of the Sun-, así como el Holocausto – Schindler’s List-), pero también otro ajuste de cuentas a los mecanismos del esclavismo (Amistad). Munich sería, a priori, otro título a añadir a esa fracción de la obra de Spielberg. Sin embargo, se me antoja como mucho más que eso: da la sensación que Spielberg ha alcanzado una plena conciencia de su capacidad como transmisor de ideas así como un serio compromiso con su tiempo. Al igual que en una película de evasión como War of the worlds, su predecesora, el director ya alentaba en las imágenes la sombra del miedo terrorista que tiene amordazada a la sociedad norteamericana actual, en esta Munich Spielberg asume todos los riesgos imaginables. Porque Munich es una película de larga duración que nos habla sobre terrorismo desde las antípodas del dogmatismo, que enfrenta al espectador con las raíce de ese miedo antes enunciado, escarbando en sus causas, en sus entrañas, sin temor de agradar o defraudar, sino de dejar patente que la valentía es una obligación de aquéllos que se hallan en una posición preeminente en la industria.

Éste es quizás el proyecto que más se ha mantenido en secreto en la carrera de Spielberg, algo que sorprende al recordar el circo vivido con la promoción de La Guerra de los Mundos: un secretismo extremo en cuanto al aspecto de los marcianos, la prohibición a los periodistas de publicar sus críticas antes del estreno de la película... Sin embargo, con Munich solo se supo durante mucho tiempo que Spielberg iba a realizar una película sobre los atentados que tuvieron lugar en la ciudad alemana. Sólo existe un poster y un trailer y el director únicamente ha concedido una entrevista que se adjudicó la revista Time. Munich apenas ha tenido campaña de publicidad, salvo una página web oficial en la que se incluyen numerosas notas de producción y entrevistas. No se han convocado ruedas de prensa para la presentación de la película y la polémica creada por el tema que trata está dando más fama a la cinta que la propia distribuidora encargada de la promoción. Spielberg justifica esta ausencia de bombo y platillo con un sentimiento: su deseo de que sea la película la que hable por sí misma.

La vertiente política de la historia no escatima detalles en la plasmación de la falta de escrúpulos y la nula legalidad internacional que caracteriza el funcionamiento de las redes de servicios secretos y sus confidentes, así como que escarba en el sentido de los actos propios y ajenos, dejando en la interpelación del espectador –como es de proceder en una buena narración de corte político- diversos interrogantes que no tienen fácil respuesta.


Fuentes documentales:
chaplin2tarantino.blogspot.com
cineypolitica.blogspot.com
actualidad.terra.es
http://www.cinenganos.com/
http://www.labutaca.net/
http://www.proscritos.com/

Curiosidades


En su recreación de la Europa de los setenta, Rick Carter (director artístico) rinde un homenaje al cine de la época con carteles de películas como Roma, de Fellini; El otro, de Robert Mulligan; Un diamante al rojo vivo, con Robert Redford; y El asesinato de Trotsky, con Alain Delon, que aparecen en varias escenas.

Otro guiño al cine de la época es cuando Avner y Louis cruzan un mercado parisiense al aire libre. La escena está rodada debajo de los balcones del piso que cobró fama con la película de Bernardo Bertolucci El último tango en París.

Un miembro del reparto tiene una relación especialmente próxima con la historia. Se trata de Guri Weinberg, el actor e hijo de Moshe Weinberg, el árbitro judío y ex campeón de lucha libre que murió en Munich cuando Guri sólo tenía un mes. Ahora, con 33 años, la misma edad que su padre cuando fue asesinado, Guri Weinberg ha tenido la oportunidad de retratar a su padre y homenajearle en Munich.

En esos Juegos presentaban una novedad, era un perrito salchicha llamado Waldi. Éste se convirtió en la primera mascota en unos Juegos Olímpicos. Intentaba ser un elemento idefinticativo del país organizador, que se iría consolidando, pasando a ser un elemento importante de cada nueva edición de los juegos.

Uno de los terroristas que sobrevivió al atentado y a la venganza israelí, Mohammed Daoud (el único que todavía está vivo), amenazó a Spielberg y su equipo por no contratarle como asesor y guionista para contar la verdad.
Mohamed Daoud planeó el ataque de Munich en nombre del grupo Septiembre Negro, que estuvo vinculado con la OLP, pero no tomó parte en los hechos y no aparece en la película. Expresó su indignación porque no se le consultó para elaborar el ‘thriller’ y acusó a Spielberg de consentir al Estado judío.
"Si hubiera querido realmente hacer una oración para la paz debería haber escuchado a ambas partes de la historia y reflejar la realidad, en lugar de servir solo al lado sionista", dijo Daoud a Reuters por teléfono desde Damasco, la capital siria. Daoud dijo que no había visto la película, que llegará a la mayoría de las pantallas fuera de Estados Unidos en enero. Pero indicó que Spielberg había realizado algunos preestrenos en Israel, donde algunos han acusado a Munich de falta de precisión histórica.

Varios historiadores israelíes también se han quejado de que observan una simetría moral en la película entre los asesinados en las Olimpiadas y los palestinos asesinados por el servicio de espionaje Mossad. "Spielberg mostró la película a algunas viudas de las víctimas israelíes, pero desatendió a las familias de las víctimas palestinas", dijo Daoud. "¿Cuántos civiles palestinos murieron antes y después de Munich?", se preguntó. El ataque de Munich fue "uno de los momentos esenciales del terrorismo moderno", dijo Los Angeles Times la semana pasada. Daoud usó términos diferentes. "No atacamos a civiles israelíes", dijo. "Algunos de ellos (los atletas) habían participado en guerras y matado a muchos palestinos. Ya sea pianista o atleta, cualquier israelí es un soldado". La productora de Spielberg, Kathleen Kennedy, dijo en un preestreno en la Universidad de Princeton que se había usado un asesor palestino para Munich, aunque no reveló su nombre. Los historiadores indicaron que Munich muestra que el Mossad mató a 11 miembros de la OLP, aunque otras fuentes estiman en 18 la cifra final de palestinos muertos.

Para darle un creíble aire a los años 70 Spielberg buscó inspiración en Chacal, dirigida por Fred Zinnemann en 1973.

Ben Kingsley iba a hacer el papel que al final realiza Geoffrey Rush, pero estaba comprometido con otro proyecto, y al final tuvo que dejarlo.

Fuentes documentales:
atodacosta.squarespace.com
http://www.cineol.net/
http://www.imdb.com/
http://www.mundodescargas.com/

10 de marzo de 2008

La Banda Sonora


John Williams arranca esta compleja y radiante partitura con un cántico hebraico que da paso a una creación en la que trabaja con diversos niveles dramáticos: por una parte, ese tipo de música llena de aflicción y solemnidad, que resalta la tragedia vivida y dignifica a las víctimas; por otra, música densa y opaca para los momentos de máxima tensión y, finalmente, bellos temas liberadores y esperanzadores. En su conjunto, una obra llena de matices, cuidada y de exquisita resolución, evidencia de la capacidad y talento de quien es uno de los dos dioses vivos de la música de cine.

A favor:
Williams sabe atraparnos con sus temas, y nos mueve por el camino de la desesperanza y el drama humano, con una Banda Sonora llena de las mejores pinceladas de su arte.
Obra madura, oscura, y llena de matices en los momentos de acción, y obra humana, melódica y contenida en los momentos intimistas y melancólicos; lo que hace que estemos ante una obra acorde cien por cien con el espíritu que su director ha querido transmitir al espectador.
No molesta, no se alza como protagonista, no ensucia las imágenes, tan sólo acompaña a los momentos idiológicos y refuerza los momentos de suspense, ni más ni menos.

En contra:
Que no llega a ser sobresaliente, no se percibe como algo grandioso o imperecedero, parece como la gran obra de alguien de quien siempre se espera eso y no menos.
El lastre de una obra alabada y denostada al mismo tiempo hacen que su elección esté más pendiente de los gustos morales e ideológicos que de los meramente cinematográficos.
La división de votos.

Compositor:
John Williams (2005)
Sello discográfico: Decca Classics
Duración: 62:37

Temas :

  1. Munich, 1972
  2. The Attack At Olympic Village
  3. Hatikvah
  4. Remembering Munich
  5. Letter Bombs
  6. A Prayer For Peace
  7. Bearing The Burden
  8. Avner And Daphna
  9. The Tarmac At Munich
  10. Avner's Theme
  11. Stalking Carl
  12. Bonding
  13. Encounter In London And Bomb Malfunctions
  14. Discovering Hans
  15. The Raid In Tarifa
  16. Thoughts Of Home
  17. Hidding The Family
  18. End Credits

Puedes escuchar extractos de la banda sonora aquí:


Fuentes documentales:
http://www.cineol.net/
http://www.cineybso.com/
http://www.fotogramas.com/
http://www.soundtrack.net/

El Diseño


Munich es una película a escala internacional. Transcurre entre 14 países de Europa y Oriente Próximo, desde Tel Aviv a Frankfurt, desde Haifa a París, durante la primera mitad de los años setenta. Dado que la película requería más de 120 decorados, fue necesario encontrar una base que ofreciese paisajes muy diversos.

Steven Spielberg y el diseñador de producción Rick Carter, nominado a un Oscar, encontraron casi todo lo que buscaban dentro de las fronteras de dos de las incorporaciones más recientes a la Unión Europea, Malta y Hungría. Malta ofrecía decorados que podían pasar por cualquier paisaje mediterráneo o de Oriente Próximo, mientras que Hungría era ideal para la media docena de ciudades europeas que recorren Avner y su equipo.

Malta está a medio camino entre el sur de Europa y el norte de África. A pesar de sus pequeñas dimensiones, fue escenario de grandes acontecimientos históricos. Desde las guerras de Roma pasando por las cruzadas hasta la guerra fría, la historia ha dejado sus huellas en la isla, convirtiéndola en el doble perfecto para otros países mediterráneos. En MUNICH, la acción que transcurre en Israel, Chipre, Líbano, Grecia, Italia, Palestina y España está rodada en Malta, donde se construyeron más de 40 decorados bajo las órdenes de Rick Carter.

“Malta es una especie de mezcla de todas las culturas mediterráneas, lo que nos permitió encontrar zonas similares al sur de Europa, y otras parecidas a Beirut o Israel”, dice el director de producción. “Nos permitió dividir la película visualmente entre los paisajes soleados, calurosos y secos del sur y los paisajes totalmente diferentes del norte de Europa”.

Se empezó a rodar en Buggiba, en la costa noreste de Malta. Allí, un pequeño café a la orilla del mar enarboló una bandera israelí y varios extras vestidos de judíos ortodoxos se reunieron alrededor de un televisor para seguir imágenes de archivo de los acontecimientos de Munich 72. El equipo se trasladó un poco más allá, al hotel Olympic, pasando de Haifa a Chipre en unas cuantas calles.

Se usaron muchos decorados naturales: el fuerte Riscoli, del siglo XVII, y sus barracones fueron transformados en un campo de refugiados palestinos no lejos de Belén; una plaza de Valetta, la capital, se convirtió en el café de Roma donde Avner conoce a Tony; un muelle abandonado fue el decorado para ser el cosmopolita Beirut de los setenta; se usaron casas privadas para hacer las veces de la casa de Avner y su esposa Daphna, la del padre de Avner, el piso de Golda Meir, y el chalet en España desde donde Avner y su equipo buscan a Salameh.

Una vez acabado el rodaje en Malta, el equipo se trasladó a Budapest, la magnífica ciudad de rica arquitectura situada a orillas del Danubio, que ofrecía decorados que podían convertirse en una calle londinense, una avenida parisiense, un barco de Hoorn, un café de Roma y una cabaña de Bélgica, entre otros. Se tarda al menos un día en viajar de Roma a París en coche, pero en Budapest, Rick Carter sólo necesitaba unos minutos. “Hay una calle en Budapest, el paseo Andrassy, delante de la Ópera, que no tiene igual para ser un decorado parisiense. Pero lo mejor es que estaba a media manzana de Roma”.

No sólo esos dos países eran perfectos por su arquitectura y paisajes, también permitían retroceder en el tiempo. Rick Carter dice: “La película transcurre en los setenta, lo que todavía puede considerarse como la posguerra, cuando las calles de París y de Londres estaban mucho más sucias que ahora. Budapest está en plena era poscomunista y tiene similitudes con la Europa de los setenta. Budapest tiene el aspecto de una ciudad europea de hace treinta años”.

Para preparar el rodaje, el diseñador viajó a cada una de las ciudades en las que se cometía un asesinato para capturar la atmósfera que debía recrear. En su opinión, el tema de Munich encaja con los temas más queridos por el director. “Esta película forma parte de una serie que Steven ha realizado sobre el tema de la guerra y de sus consecuencias,” dice. “Siempre estudia nuestras reacciones ante el peligro”.

Pero Rick Carter era muy consciente de la diferencia en el planteamiento de Steven Spielberg, de su enfoque en la lucha interna de los personajes. “Toda la película se centra en el drama de esos cinco personajes, en quiénes son”, dice. “Creo que para Steven fue un planteamiento nuevo y liberador. Casi parecía ser un realizador de los años setenta”.

El diseñador intentó alejarse de los lugares comunes típicos de los años setenta y concentrarse más en reflejar las culturas locales de los lugares por donde pasa el equipo. “Intentamos poner algo en cada escena que no sólo indicara en qué país se encuentran, sino también la cultura del lugar”, explica Rick Carter. “Tuvimos en cuenta la posible influencia de la política de la época, sobre todo de los movimientos radicales que surgieron por toda Europa, o si también nada había cambiado, como ocurre en el pueblo de pescadores de Chipre. Nuestra mayor preocupación fue reflejar la atmósfera de los diversos escenarios”.

Para encajar con el diseño general de la película, Rick Carter usó una amplia y cambiante paleta de colores según en qué país transcurría la escena. Sin embargo, mantuvo un color emblemático en toda la película: “Se nota la presencia del color rojo en toda la película como recordatorio subliminal de la sangre que corre por toda la película en ambos lados de la ecuación”, añade.

En su recreación de la Europa de los setenta, Rick Carter rinde un homenaje al cine de la época con carteles de películas como Roma, de Fellini; El otro, de Robert Mulligan; Un diamante al rojo vivo, con Robert Redford; y El asesinato de Trotsky, con Alain Delon, que aparecen en varias escenas. Otro guiño al cine de la época es cuando Avner y Louis cruzan un mercado parisiense al aire libre. La escena está rodada debajo de los balcones del piso que cobró fama con la película de Bernardo Bertolucci El último tango en París.

Aunque casi todo se rodó en Malta y Hungría, algunas escenas fueron filmadas en la insustituible atmósfera parisina. Rick Carter tampoco pudo encontrar un doble para Nueva York y su inimitable skyline que cierra el círculo de la película. “En busca de un lugar donde establecerse, Avner acaba por llevar a su mujer y a su hijo a Brooklyn”, explica el diseñador. “Es un país nuevo para él, un lugar donde empezar una nueva vida y olvidar el pasado. Era imposible sustituir Nueva York, tuvimos que rodar allí”.

Entretanto, el supervisor de vehículos, Graham Kelly, cuyo trabajo se ha visto en El mito de Bourne, se enfrentó a un auténtico quebradero de cabeza. Con un rodaje que necesitaba más de 1.500 vehículos, tuvo que localizar y reparar taxis, autobuses, Vespas y coches de la época. Para una escena bastante corta en la que Avner pasea de noche por una calle de París, tuvo que encontrar 60 coches, cinco autobuses parisienses y varios taxis en pleno Budapest.

“Los setenta son una época especialmente difícil en cuanto a coches”, dice Graham Kelly. “Los coches no se fabricaban con un acero de buena calidad y la mayoría se han caído a pedazos o son demasiado caros para nuestro presupuesto”. Kelly y su equipo compraron 60 coches por toda Europa y se dedicaron a pintarlos para que encajaran con cada escena. Siguiendo el diseño de la película, usaron colores muy claros para los vehículos en las escenas de países calurosos y tonos más oscuros para los países europeos.

Pero poco podía hacer la pintura para resolver el mayor problema. Graham Kelly recuerda, riendo: “En Malta, necesitábamos coches para escenas que transcurrían en cuatro países diferentes. Malta tiene un buen número de vehículos de los setenta pero, por desgracia, todos tienen el volante a la derecha, como en Inglaterra. De los cuatro países, sólo Chipre conduce a la izquierda. Cuando llegamos a Hungría, nos pasó exactamente lo contrario”. Pero todo se resuelve con un poco de imaginación: a Graham Kelly y su equipo se les ocurrió instalar un volante y un conductor extra en cada coche.

La diseñadora de vestuario, Joanna Johnston, también se enfrentó a todo un reto: el vestuario de cada miembro del equipo de asesinos debía reflejar su personalidad. “Cada uno tiene un carácter propio”, explica la diseñadora. “Carl, un hombre ordenado, práctico y de ideas claras, lleva ropa impecablemente planchada, una raya en el pelo, siempre va bien vestido y limpio. Robert, más poético, artístico y sensible, se inclina por los colores más cálidos y telas más suaves, más tendentes a la arruga. Hans, el mayor del equipo, es anticuario y viste con un estilo más tradicional. Steve es el más moderno, el que más se preocupa por la moda de la calle; es sexy, lleva camisas apretadas y chaquetas de cuero. Steven Spielberg le comparaba a Steve McQueen”.

Pero el carácter de Avner cambia según avanza la historia. “Para reflejar la pérdida de control de Avner, empieza vistiendo con una precisión casi militar, con cuidado estilo juvenil y, poco a poco, desaparecen las líneas rectas y los colores cálidos de su país natal”, explica Joanna Johnston. “Su ropa recuerda los tonos del norte y desprende suspicacia. Acaba vestido con pantalones vaqueros cuando está en Nueva York, en el mundo moderno, algo que nunca habría hecho antes”.
Además de crear un vestuario muy individualizado según el carácter de cada personaje, la diseñadora también lo diferenció según el país en el que se encontraban, siguiendo la pauta de Rick Carter. “Usé dibujos y tonos cálidos en Tel Aviv y, según subían al norte, usé tonos cada vez más fríos, ropa cada vez más simple”, dice. “Cada país y cada ciudad tienen colores y un estilo muy suyo. Todo estaba perfectamente coreografiado”.

Al tener que crear aproximadamente el 85% del vestuario a partir de cero, Joanna Johnston se inclinó más por la estética europea de los setenta, dejando a un lado los habituales clichés. “Siempre se piensa en la ropa de los setenta como muy loca, pero en Europa vestían con elegancia. Steven me dijo que había conseguido algo ‘sofisticado con un toque especial’”, recuerda la diseñadora.

“El vestuario que diseñó Joanna es increíble”, dice Ciarán Hinds. “No sólo consiguió definir quiénes eran esos hombres, sino que consiguió transmitir su forma de pensar a través de la ropa”. Carl, el personaje interpretado por el actor, es reservado y filosófico, siempre lleva traje y corbata, a veces sombrero, y fuma en pipa. La ropa de Hans refleja su profesión, la de anticuario; prefiere las chaquetas de tweed y los suéteres; en ocasiones, el actor Hanns Zischler se quejó del calor que pasaba en Malta con esa ropa. Steve, interpretado por Daniel Craig, es el único que sigue la moda de la época. “Joanna decidió que sería el único en vestirse al estilo de los setenta”, dice el actor. “Y pensé: ‘Bueno, a por ello’. Llevo los típicos cuellos de entonces, vaqueros, medallones, pero es bastante simple”.

En opinión de la productora Kathleen Kennedy, el diseño de Munich era esencial a la hora de cumplir con el objetivo central de la película: sacar a la luz unas operaciones secretas con el fin de plantear preguntas complejas y provocativas acerca de la venganza.

“Rick Carter y Joanna Johnston han hecho un trabajo notable para capturar la atmósfera de la época”, dice la productora. “Han conseguido imprimir una autenticidad a toda la película que subraya el realismo que Steven deseaba aportar a la historia. Creo que, al igual que en La lista de Schindler y en Salvar al soldado Ryan, Steven quería dar la sensación de que no sólo es una película, sino una historia basada en un hecho real. Si, después de verla, los espectadores hablan del tema, creo que habremos conseguido lo que buscábamos”.


Fuentes documentales:
http://www.imdb.com/
http://www.labutaca.net/
http://www.munichmovie.com/

El Rodaje

Steven Spielberg y Janusz Kaminski actualizan los thrillers de los setenta

La historia de Munich transcurre en tres ambientes muy distintos: los acontecimientos de los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar bajo los focos de los medios internacionales; el mundo secreto lleno de sombras del Mosad y de sus equipos que operan bajo un manto opaco; y los mundos interiores de los cinco asesinos enfrentándose a las complicaciones psicológicas de una misión sin precedentes.

Para transferir todo esto a la pantalla, Steven Spielberg ha recurrido una vez más a uno de sus colaboradores de mayor confianza, el director de fotografía Janusz Kaminski, ganador de dos Oscar, con el que ya ha trabajado en nueve ocasiones. En 1972, el director de fotografía era un adolescente en Polonia y siguió los acontecimientos de Munich desde una perspectiva algo diferente, a través del velo del telón de acero. “También en Polonia se consideró un hecho trágico, como ocurrió en el resto del mundo”, dice, “pero las noticias oficiales eran algo tendenciosas”.

Para el director de fotografía, uno de los elementos más fascinantes a la hora de rodar Munich es que casi todo el mundo tiene un recuerdo personal y único de los acontecimientos. “Todos tenemos nuestras propias experiencias relacionadas con lo que ocurrió”, explica. “Incluso alguien que no había nacido, ha visto imágenes en televisión, en los libros de historia. O se ha enterado a través de sucesos más recientes. Pero sea como sea, es relevante”.

Siguiendo una costumbre instaurada al principio de su colaboración, el director de fotografía empezó rodando una serie de pruebas para encontrar el aspecto que Steven Spielberg y él consideraban más adecuado a las intensas emociones contenidas en esta película de suspense; algo que recordase a los clásicos thrillers de los setenta, pero sin dejar de ser contemporáneo.
“Steven y yo hemos llegado a un punto en que no es necesario que hablemos mucho”, dice Janusz Kaminski. “Confía en mi juicio y conozco bien su sentido estético. Hablamos poco, y cuando lo hacemos, es sobre todo acerca de lo que no debemos hacer. Puede decirse que tengo total libertad para escoger el estilo visual. Me fui a Paris en 2004 y empecé a experimentar con diversos colores, filtros, objetivos, iluminaciones y procesos químicos”.

Para el desarrollo del estilo visual de la película, Janusz Kaminski visualizó la historia a través del prisma de un mapa mundial. “Hay ocho países diferentes en la película y decidí que cada uno tendría diferencias sutiles, que los colores serían algo diferentes. Era una forma de dar una personalidad a cada país, a pesar de que la mayoría de escenas se rodaron en Malta y en Hungría”, explica. “La acción que transcurre en Oriente Próximo tiene colores más fuertes, con mucho más sol. Pero cuando llegamos a París, Frankfurt, Londres, los colores son más fríos, menos saturados. Incluso cada ciudad europea tiene un carácter y colores propios”.

Por ejemplo, el director de fotografía explica que para las escenas de Chipre, puso más énfasis en tonos soleados, ocres, mientras que en Atenas, la paleta se inclinó más hacia los azules del mar Egeo. Para París, escogió tonos suaves, con una atmósfera de cielos lluviosos. La iluminación también cambia según avanza la película. Empieza con una luz suave, sin grandes contrastes para la cena en que los miembros del grupo se conocen, y pasa a una fotografía mucho más dura, obtenida mediante procesos químicos, llena de sombras negras, reflejando la lucha interna que libran los personajes a medida que su misión avanza.

Cada uno de los asesinatos también se rodó de forma diferente, tal como lo había visualizado Steven Spielberg. “Quería que cada asesinato fuera diferente para reflejar que el equipo cambia de opinión, de dinámica, de opinión según van matando, según aumenta el estrés, la ansiedad y la presión”, explica el director. “Cada misión debe tener un carácter definido”.

La selección de objetivos se vio influida por el deseo de Steven Spielberg de regresar a un estilo más granuloso, típico de los setenta. “Steven insistió, con razón, en que usáramos objetivos de distancia variable, de zoom”, dice Janusz Kaminski. “Le parecía que en el cine de los setenta se usaba mucho esta técnica, y que si la utilizábamos, podríamos dar la impresión al espectador de estar viendo una película realizada entonces. Es un método muy eficaz para crear una sensación de época”. El director de fotografía cita thrillers de gran realismo como Contra el imperio de la droga, El último testigo y Los tres días del cóndor que le sirvieron de inspiración para su trabajo en Munich.

Uno de los mayores retos para todos, Janusz Kaminski incluido, era recrear la situación de los rehenes con exactitud y suspense. La película empieza con escenas de los Juegos Olímpicos de Munich, pero se ven con mucho más detalle a través de flash-backs que se funden con recreaciones dramáticas e imágenes de archivo de los acontecimientos.

En opinión de Steven Spielberg, las secuencias de flash-back servirían para mantener la motivación emocional detrás de los sucesos palpables de la película. “Me pareció que era necesario tener un recuerdo constante del motivo del relato, para impedir que se olvide la razón de esta venganza”, dice el director.

Rodar las recreaciones fue un doloroso proceso emocional. “Ya puede imaginarse lo que pasó”, explica el director. “Contratamos a actores árabes para hacer de palestinos y a israelíes para hacer de rehenes. Se lo tomaron muy a pecho. Fue una auténtica catarsis emocional. En esos momentos, más que preocuparme por la técnica, me esforcé en mantener al equipo cohesionado y equilibrado. Fueron dos semanas muy duras”.

Para la primera secuencia, Janusz Kaminski escogió el realismo más puro, sin adorno alguno. “Es bastante plana, casi sin color”, dice. Para los flash-backs, utilizó una técnica llamada “skip bleach” (también usada en la película contemporánea de guerra Jarhead) que aporta un aspecto muy duro, granuloso y saturado a las escenas. “Los flash-backs son más oscuros, más granulosos, más amenazantes. Quería que dieran una sensación totalmente diferente a las escenas del presente”, explica el director de fotografía.

Steven Spielberg añade: “El ‘skip bleach’ es muy eficaz en esta película porque está mezclado con escenas iluminadas de una forma mucho más habitual. Nos transporta claramente a otra parte, dentro de la cabeza de Avner, a su pasado”.

Janusz Kaminski entendió claramente que Steven Spielberg no quería esconder la brutalidad de los acontecimientos. “En esta película, la violencia se presenta sin abstracciones”, dice. “Si recuerdan Salvar al soldado Ryan, también era una película muy gráfica, pero el público se dio cuenta de que servía para comunicar la tragedia, el horror de un momento histórico”.

Y añade: “Esta película intenta hablar con madurez y objetividad de un tema muy serio. Pero también es una película de suspense, lo que implicaba la necesidad de preparar las escenas de forma diferente. La forma en que Steven creó algunas de las escenas fue asombrosa. Es capaz de comunicar suspense con tres tomas. Usa el zoom, los reflejos, tapa la escena, un coche pasa llevándose la escena y trayendo otra. Es un director muy hábil usando la cámara”.

Janusz Kaminski también colabora muy de cerca con el resto del equipo de decoración. “Mi trabajo siempre está muy influido por las creaciones del diseñador de producción, Rick Carter, con el que ya hemos hecho muchas películas, es genial”, añade.




Fuentes documentales:
chaplin2tarantino.blogspot.com
www.imdb.com
www.labutaca.net
www.munichmovie.com
www.youtube.com

El Reparto

Un ejército de actores, una torre de Babel.


Antes de empezar a rodar Munich fue necesario emprender una búsqueda internacional para encontrar a los actores que interpretarían los casi 200 papeles del complicado guión, desde famosas figuras políticas a agentes secretos que se mueven en la sombra. Armada con una descripción general de la historia y con la promesa de trabajar con Steven Spielberg, la directora de casting Jina Jay recorrió el planeta en busca de rostros frescos e interesantes. Se concentró en encontrar actores capaces de construir personajes viscerales y reales, en vez de basarse en estrellas para sostener la película. Steven Spielberg dice: “Esta película tiene más papeles hablados que cualquier otra que haya dirigido, incluida Atrápame si puedes. Con tantos personajes en una historia complicada que abarca dos años y numerosos países, me pareció muy importante que incluso el personaje más pequeño fuera tan interesante como el principal. La película relata un episodio trágico y doloroso de nuestra historia colectiva, y necesitaba un increíble reparto coral para contarla”.

“Por suerte, estábamos en contacto con maravillosos agentes de todos los rincones del mundo”, dice la directora de casting Jina Jay, que reunió a actores procedentes de países tan diversos como Argelia, Egipto, Grecia, Irak, Irán, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, Yemen, Albania, Austria, Francia, Alemania, Polonia, Rumania, España, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Japón, además de actores locales de Malta y Hungría, los dos países que acogieron el rodaje principal.

La base del reparto era encontrar a los miembros del grupo, cinco hombres sin nada que ver uno con otro y que, poco después del atentado de los Juegos Olímpicos de 1972, están dispuestos a dejar a un lado sus vidas, abandonar su verdadera identidad y aceptar la peligrosa misión secreta que les ofrece Israel.

Steven Spielberg tenía muy claro lo que buscaba en cada uno de ellos. “No sólo quería que no se parecieran en nada físicamente, también debían tener diferentes estilos de interpretación, diferentes acentos, diferentes personalidades”, explica el director. El inesperado líder del grupo es el más joven y el único israelí. Avner está dispuesto a morir por su país, pero nunca ha matado a nadie. Para el papel de Avner, el director siempre pensó en Eric Bana, al que había visto en la adaptación de Ang Lee de Hulk. “Cuando le vi en Hulk, vi simpatía, fuerza e incluso un toque de miedo en su mirada, una cualidad muy humana. Estaba decidido a que Avner fuera un ser humano, por eso pensé en Eric desde el principio”, dice Steven Spielberg.

Eric Bana estaba en Los Ángeles rodando Troya en el otoño de 2003 cuando le avisaron de que Steven Spielberg quería verle. Se reunieron en el plató de La terminal y el actor se quedó muy sorprendido al saber que el director quería que encarnara al protagonista en un intenso thriller acerca de los controvertidos grupos letales empleados por Israel. “Estaba asombrado, entusiasmado y asustado”, recuerda el actor.

Aunque nació y creció en Australia, al igual que numerosos miembros del equipo artístico y técnico, Eric Bana tiene recuerdos de lo sucedido durante los Juegos Olímpicos de Munich. “Sólo tenía cuatro o cinco años, pero algunas imágenes se me quedaron grabadas; es una historia que se hizo cada vez más familiar con el paso del tiempo. Es un acontecimiento que siempre vuelve por su aparente actualidad”.

Eric Bana empezó a investigar con detenimiento para el papel, documentándose no sólo acerca del propio atentado y de la vida de un agente del Mosad, sino también acerca de la compleja historia del conflicto de Oriente Próximo. Durante el proceso, se sintió cada vez más intrigado por la crisis personal que sufre Avner y que hace tambalear su fe. “Avner pasa por un auténtico proceso evolutivo”, dice el actor. “Empieza como alguien muy enojado por lo acontecido en Munich. Luego, a pesar de su juventud, debe acometer una tremenda tarea y no tarda en aprender a liderar el equipo. Al principio, cuestiona el cometido del grupo, pero con el tiempo se endurece. A medida que el resto del grupo empieza a tener dudas, Avner opta por la posición contraria. Al final de la película, se siente cada vez más desgarrado por el camino que ha escogido y en lo que se ha convertido”.

Eric Bana disfrutó con la amistad que nació entre los cinco actores que interpretan a los miembros del grupo de asesinos. A pesar de proceder de países y entornos diferentes, no tardaron en formar un grupo muy unido en Malta. Incluso ellos se quedaron sorprendidos. “Espero sinceramente que el compañerismo sea palpable en la pantalla porque era auténtico”, dice Eric Bana. “Todos venimos de lugares diferentes, tenemos opiniones diferentes y hablábamos de cualquier cosa, discutíamos, pero nos respetábamos profundamente. Fue una experiencia increíble”.

El actor británico Daniel Craig, que ha sido noticia hace poco al ser escogido para ser el nuevo rostro del legendario agente 007, James Bond, se unió al reparto para interpretar a Steve, el surafricano que parece ser el miembro más duro, valeroso y decidido.

“Steve es un personaje que, a primera vista, parece muy fuerte y muy seguro de sí mismo”, explica Daniel Craig. “Como los demás, cree en la misión porque cree en Israel. Cree que hay que tomar represalias después del horror de Munich. Es alguien que siempre ha solucionado los problemas como ‘un toro en una tienda de porcelana’; se lanza y luego piensa en las consecuencias. Al principio, Steve está muy decidido, pero según avanza la historia, los horrores que cometen empiezan a minar su seguridad. Es la parte que me interesaba del papel y por la que quería hacer la película. Es un personaje imperfecto, no está preparado para la tormenta emocional que se despierta en su interior”.

Daniel es demasiado joven para haber visto las imágenes del atentado de Munich 72, pero hace tiempo que es consciente de lo que pasó entonces. “Creo que las repercusiones de aquel día han cambiado nuestras vidas”, dice. “Fue como el fin de la inocencia para el mundo, y seguimos sufriendo las consecuencias. Es uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX. Por fin, Munich pone un rostro humano a lo ocurrido”.

Daniel Craig es inglés e interpreta a un surafricano, pero Mathieu Kassovitz es francés e interpreta a Robert, el belga, un talentoso fabricante de juguetes que tiene una gran habilidad para fabricar explosivos. Mathieu Kassovitz es también un conocido director y, hace algún tiempo, decidió no actuar más. Le dijo a su agente, a modo de broma, que no le llamara a menos que fuera para trabajar con Spielberg. Y así fue. En cuanto leyó el guión, aceptó el papel.

Dice: “El guión me dejó asombrado por su estructura, sutileza, inteligencia, fuerza y agallas. Me parece una película muy hábil acerca del concepto de venganza”.

Al actor también le intrigaba el camino que emprendía su personaje al ser el miembro menos decidido del grupo. “Robert es un personaje interesante porque, al contrario que los demás miembros del grupo, no está entrenado para matar”, explica Mathieu Kassovitz. “Más bien es alguien que apoya a Israel y cree que está preparado para luchar por el país y sus convicciones. Se enroló en el ejército israelí durante la guerra de los Seis Días. Al trabajar habitualmente con piezas mecánicas muy pequeñas para fabricar juguetes, se convirtió en desactivador de bombas. Pero lo pasa muy mal”.

Efectivamente, Robert apenas consigue controlar las emociones que su brutal trabajo le producen. “Es más sensible que los demás”, comenta el actor. “Le cuesta enfrentarse a la violencia. A pesar de formar parte del grupo, hay ciertas cosas que no puede hacer”.
Cada miembro del grupo tiene sus propios dilemas. El prolífico actor alemán Hanns Zischler interpreta a Hans, un judío alemán que se hace pasar por un tranquilo anticuario pero que, en realidad, es un experto falsificador del Mosad. El papel y sus complicaciones emocionales interesaron inmediatamente al actor.

“Es probable que Hans dejara Alemania en los años treinta con su familia en el último momento”, explica Hanns Zischler. “Creció en Israel, entonces Palestina, y habla hebreo y alemán. Cree estar unido a los dos países, Israel y Alemania, algo que encaja muy bien con la película. También es un hombre muy reflexivo. Nunca ha sido un hombre de acción, y ahora ve la oportunidad de demostrar su lealtad a Israel trabajando para el Mosad”.

El actor tenía 25 años en 1972 y recuerda muy bien lo que pasaba en esa época en Alemania. “Alemania cobraba conciencia a través de la nueva generación. Por primera vez se tenía la sensación de poder hablar del pasado como algo que no había sido del todo resuelto”, recuerda. “Pero lo que ocurrió en los Juegos Olímpicos no tenía nada que ver. Vino del exterior, como si un meteorito impactara contra el país. De pronto, nos dimos cuenta de que el escenario de los Juegos Olímpicos había sido invadido por un horrible y sombrío drama. Todo ocurrió por la tele, delante del mundo entero. Personalmente, me pareció fascinante tener la oportunidad de explorar los acontecimientos desde un punto de vista diferente en Munich”.

El último miembro del grupo de cinco hombres es el meticuloso, organizado y prudente Carl, interpretado por el aclamado actor irlandés Ciarán Hinds. “Hans y Carl no son de la misma generación que los otros tres”, dice el actor. “Los cinco son muy diferentes en todos los aspectos, edad, educación, nacionalidad. Algunos han crecido en Europa, otros, en Israel. Se les ha escogido por sus cualidades. Dentro del grupo, Carl es el que exige que los objetivos estén limpios, que no haya daños colaterales, que no se hiera a un inocente. Cree sinceramente que hay un modo correcto de hacer el trabajo por muy horrible que sea”.

Para Ciarán Hinds, que creció en Belfast donde los alborotos políticos eran una constante, los acontecimientos de Munich 72 formaban parte de un mundo revuelto. “Estaba muy metido en los deportes cuando era joven, seguía los Juegos por televisión”, explica. “Debido a lo que pasaba en Irlanda del Norte, este tipo de violencia se había convertido en algo global para mí. Por eso mismo me interesó mucho la idea de Munich. Es una forma de ver la historia sin dividirla en blanco y negro. En mi opinión, Steven ofrece una historia que plantea muchas preguntas sin ofrecer las respuestas en bandeja, algo que me parece muy importante”.

El grupo sólo puede tener contacto con el misterioso agente Ephraim. Para ese papel, el director y los productores escogieron al aclamado actor australiano Geoffrey Rush, premiado por la Academia, que saltó a la fama por su inolvidable interpretación del pianista australiano David Helfgott en Shine, y desde entonces ha tenido papeles tan diversos como el del libertino marqués de Sade o el del genio cómico Peter Sellers. El papel de Ephraim también era muy diferente, según descubrió leyendo el guión.

“Tony Kushner es un gran dramaturgo. Supo centrarse en las complejidades que hacen que este relato se convierta en parte significativa de la Historia”, dice Geoffrey Rush. “Al principio, Ephraim puede parece otro burócrata sin rostro, pero se convierte en el auténtico mentor de Avner cuando éste empieza a tener dudas morales por lo que hace. Ephraim es una especie de figura fantasmal que aparece de la nada para contestar a las grandes preguntas, morales o de otra índole”.

El concepto de la película interesó mucho a Geoffrey Rush, que recuerda ver el atentado de Munich 72 por televisión en Australia cuando tenía 21 años. “Vi que Munich era un thriller de espionaje internacional basado en acontecimientos reales y relevantes, donde se describe la estimulante lucha interior por la que pasan los personajes durante un duro viaje hacia la revelación”, añade.

Geoffrey Rush basó el acento y la expresividad de su personaje en varias figuras históricas. “Pedí a la televisión australiana varias bobinas de noticias en las que salía Menachem Begin, para tener una referencia temporal y cultural”, explica el actor. “Tienen una historia parecida, en el sentido que pasa del radicalismo político a una posición gubernamental mucho más conservadora”.

Para subrayar aún más el físico del personaje, Steven Spielberg dijo que siempre había visto a Geoffrey Rush en la piel de Arthur Miller y sugirió que se peinara hacia atrás. Vestido con un traje de corte y color conservadores, con un par de gafas de montura de concha y con el pelo hacia atrás, el actor se convirtió en Ephraim. También trabajó con la asesora de diálogos Barbara Berkery para encontrar un acento que pudiera reflejar la historia de Ephraim. “Estaba empeñado en hablar con gente de ochenta años de ascendencia polaco-judía. Quería oír las entonaciones, los acentos”, dice el actor. “Provistos de una grabadora, nos lanzamos cual coronel Pickering y profesor Higgins”. Geoffrey Rush encontró incluso más de lo que esperaba. “Conocimos a personas que nos ofrecieron consejos, anécdotas y mucha historia. Consideraba que era parte de mi responsabilidad enriquecer el personaje con tantos detalles culturales como fuera posible”.

También está Papa, el furtivo francés que compra y vende información al equipo, y acaba por tener una relación paternal con Avner, algo que el joven agente siempre había echado de menos. El legendario actor Michael Lonsdale, cuya dilatada carrera incluye Chacal, interpreta a Papa. El actor dice que los acontecimientos de Munich 72 dejaron a Francia asombrada. Cuando se enteró de que Steven Spielberg quería rodar una película acerca del atentado y de sus consecuencias, no dudó en ser parte del proyecto. “Fue un placer y un gran honor trabajar con Steven Spielberg”, dice. “Papa no es un papel muy grande, pero permite dar mucho”.

El papel femenino de mayor importancia corre a cargo de la actriz israelí Ayelet Zurer, que interpreta a Daphna, la joven esposa a la que Avner debe dejar a pesar de estar embarazada del primer hijo de ambos. Durante la duración de la misión secreta, Daphna es la única conexión que tiene Avner con la vida real, y el niño que va a nacer representa su esperanza por un futuro mejor. Ayelet Zurer, que ha ganado recientemente el Premio a la Mejor Actriz de la Academia Israelí, del Festival de Jerusalén y de la Crítica de Haifa por su interpretación en Ha Asonot Sep Nina/Las tragedias de Nina, de Savi Gabizon, obtuvo el papel sólo un mes después de dar a luz a su primer hijo, lo que le permitió conferir emociones palpables a su personaje.

“Al principio de la película, Daphna es ingenua y feliz”, dice la actriz. “Cree que la vida va bien y que el futuro será genial. Está embarazada, trae una nueva vida al mundo. Pero Avner se va y sabe que correrá cierto peligro, aunque no entiende lo que ocurre realmente. Cuando regresa, se ha convertido en un hombre conmocionado, roto, y le duele mucho verlo, sobre todo por la interpretación de Eric, un actor con un rostro muy humano”.

Para Ayelet Zurer, la lucha de la pareja simboliza algo mucho más amplio. “Pasan por un despertar muy doloroso”, añade. “Creo que, a su modo, representan la pérdida de la inocencia de su nación y quizá del mundo”.

Barry Mendel, hablando de la interpretación de la actriz, dice: “Creo que es el alma de la película porque simboliza la lucha entre el patriotismo y la familia a la que se enfrenta Avner. Ninguna de las películas en las que ha trabajado Ayelet se ha distribuido fuera de Israel, tuvimos mucha suerte de encontrarla”.

Tanto los actores de teatro como las estrellas nacionales o actores noveles estaban deseando tener la oportunidad de trabajar con Steven Spielberg. El señuelo del famoso director fue lo suficientemente potente como para atraer a actores notables para hacer papeles secundarios, como el conocido actor israelí Moshe Ivgy, que interpreta al legendario agente del Mosad Mike Harari, y Makram Khoury, que interpreta a Wael Zwaiter, el primo de Yasser Arafat, el primer objetivo del grupo de Avner en Roma. La conocida actriz palestina Hiam Abbass hace de Marie-Claude Hamshari, la mujer del objetivo en París, además de haber sido asesora de diálogos durante el rodaje.

Un miembro del reparto tiene una relación especialmente próxima con la historia. Se trata de Guri Weinberg, el actor e hijo de Moshe Weinberg, el árbitro judío y ex campeón de lucha libre que murió en Munich cuando Guri sólo tenía un mes. Ahora, con 33 años, la misma edad que su padre cuando fue asesinado, Guri Weinberg ha tenido la oportunidad de retratar a su padre y homenajearle en Munich.

Para el actor, recrear los acontecimientos responsables de la muerte de su padre, fue un reto casi inabordable, pero también fue una experiencia terapéutica y de gran significado. “La idea de recorrer el camino de mi padre me intrigaba. Hasta ahora, siempre había oído trozos de la historia, no siempre encajaba. Pero cuando se camina por los mismos pasos, todo cobra sentido”.

Y añade: “Interpretar a mi padre me infundió un profundo respeto por lo que él pasó. Reforzó mis sentimientos y mis emociones. Nunca tuve una relación con él, y por fin la tengo ahora”.


Reparto (por orden en los créditos):

Eric Bana ... Avner
Daniel Craig ... Steve
Ciarán Hinds ... Carl
Mathieu Kassovitz ... Robert
Hanns Zischler ... Hans
Ayelet Zurer ... Daphna (como Ayelet Zurer)
Geoffrey Rush ... Ephraim
Gila Almagor ... Avner's Mother
Michael Lonsdale ... Papa
Mathieu Amalric ... Louis
Moritz Bleibtreu ... Andreas
Valeria Bruni Tedeschi ... Sylvie
Meret Becker ... Yvonne
Marie-Josée Croze ... Jeanette the Dutch Assassin
Yvan Attal ... Tony - Amigo de Andrea
Ami Weinberg ... General Zamir
Lynn Cohen ... Golda Meir
Amos Lavi ... General Yariv (como Amos Lavie)
Moshe Ivgy ... Mike Harari
Michael Warshaviak ... Attorney General Meir Shamgar
Ohad Shahar ... Minister (como Ohad Shachar)
Rafael Tabor ... Minister
Sharon Alexander ... General Nadev (como Sharon Cohen Alexander)
Samuel Calderon ... General Hofi (como Shmuel Calderon)
Oded Teomi ... Mossad Accountant
Alon Abutbul ... Israeli Soldier with Zamir
Makram Khoury ... Wael Zwaiter
Yigal Naor ... Mahmoud Hamshari (como Igal Naor)
Hiam Abbass ... Marie Claude Hamshari
Mouna Soualen ... Amina Hamshari
Mostefa Djadjam ... Hussein Abad Al-Chir
Assi Cohen ... Newlywed Man
Lisa Werlinder ... Newlywed Bride
Djemel Barek ... Zaid Muchassi (como Djemal Barek)
Dirar Suleiman ... Abu Youssef (como Derar Suleiman)
Ziad Adwan ... Kemal Adwan
Bijan Daneshmand ... Kamal Nasser
Rim Turkhi ... Adwan's Wife (como Rim Turki)
Jonathan Rozen ... Ehud Barak
Jonathan Uziel ... Commando
Guy Zoaretz ... Commando (como Guy Zu-Aretz)
Yossi Sagie ... Commando
Liron Levo ... Commando
Ohad Knoller ... Commando
Charley Gilleran ... Commando / Arab Guard (como Charley H. Gilleran)
Lyes Salem ... Arab Guard
Carim Messalti ... Arab Guard
Hichem Yacoubi ... Arab Guard
Omar Mostafa ... Arab Guard
Mahmoud Zemmouri ... Hombre viejo libanés
Souad Amidou ... Esposa de Yussef
Amrou Alkadhi ... Hijo de Yussef
Omar Metwally ... Ali
Nasser Memarzia ... Hombre viejo Palestino
Abdelhafid Metalsi ... Palestino de 30 años
Karim Quayouh ... Young Palestinian (como Karim Qayouh)
Mihalis Giannatos ... Hotel Aristides Porter
Faruk Pruti ... KGB Liaison
Rad Lazar ... KGB Liaison
Laurence Février ... Esposa de Papa
Habir Yahya ... Hija con Padre
Mehdi Nebbou ... Ali Hassan Salameh
Hicham Nazzal ... Guardia de Salameh
Lemir Guerfa ... Guardia de Salameh
Hisham Silman ... Guardia de Salameh
Brian Goodman ... Beligerante americano
Richard Brake ... Beligerante americano
Robert John Burke ... Beligerante americano
Yehuda Levi ... Soldado del aeropuerto Tel Aviv
Danny Zahavi ... Soldado del aeropuerto Tel Aviv
Itay Barnea ... Israeli Deputy Consul NY
Elyse Klaits ... Secretaria del Consulado
Nabil Yajjou ... Guardia joven de Tarifa
Karim Saleh ... Issa
Merik Tadros ... Tony 'The Cowboy'
Mousa Kraish ... Badran - Mohammed Safed
Karim Saidi ... Kader - Adnan Al-Gashey
Moa Khouas ... Samir - Jamal Al-Gashey (comoMohammed Khouas)
David Ali Hamade ... Paulo
Ben Youcef ... Saleh
Sami Samir ... Abu Halla
Guri Weinberg ... Moshe Weinberg
Sam Feuer ... Yosef Romano
Sabi Dorr ... Yosef Gottfreund
Wojciech Machnicki ... Tuvia Sokolovsky
David Feldman ... Kehat Schur
Ori Pfeffer ... Andre Spitzer
Shmuel Edelman ... Yaakov springer (como Shmuel Edleman)
Joseph Sokolsky ... Amitzur Shapira
Lior Perel ... David Berger
Ossie Beck ... Eliezaar Halfen
Guy Amir ... Mark Slavin
Haguy Wigdor ... Zeev Friedman
Jonathan Avigdori ... Gad Tsabari (como Roy Avigdori)
Kevin Collins ... Atleta americano
Daniel Bess ... Atleta americano
Baya Belal ...Mujer palestina viendo la TV
Ula Tabari ... Mujer Palestina viendo la TV
Saïda Bekkouche ... Aida Refugee Camp Woman
Fattouma Ousliha Bouamari ... Aida Refugee Camp Woman (como Fettouma Bouamari)
Alexander Beyer ... Reportero alemán en Munich
Amos Shoov ... Israeli News Anchor (como Amos Shoub)
Geoffrey Dowell ... Israeli News Anchor
Rana Werbin ... Female Israeli News Anchor
Jane Garda ... Chica italiana en el coche
Félicité Du Jeu ... Young Swiss Bank Official
Gil Soriano ... Hombre en Haifa Bar
Mordechai Ben-Shachar ... Hombre viejo en Haifa Bar (como Mordechai Ben Shachar)
Amani Zain ... Profesor Palestino
Leda Mansour ... Profesor Palestino
Sasha Spielberg ... Joven mujer Israeli viendo TV
Renana Raz ... Joven mujer Israeli viendo TV
Hagit Dasberg-Shamul ... Mujer israeli viendo TV
Patrick Kennedy ... Reportero inglés en Munich Underground
Stéphane Freiss ... Reportero francés en Munich Underground
Arturo Arribas ... Reportero español en Munich Underground
Yaron Josef Motolla ... Reportero israelí en Munich Underground
Jalil Naciri ... Reportero árabe en Munich Underground
Martin Ontrop ... Cámara en Munich
Joram Voelklein ... Cámara en Munic
Michael Schenk ... Fotógrafo nMunich
Andreas Lust ... Reportero en Fürstenfeldbruck
Tom Wlaschiha ... Reportero en Fürstenfeldbruck

Resto de casting:
Xavier Bonastre ... Paseante en Paris
Vincent Bowen ... Silueta
María Casal ... (uncredited)
Arthur Chazal ... chico joven
Greg D'Agostino ... Trabajador de la construcción
Sonia Hell ... Paseante Paris
Amelia Jacob ... chica joven
Arnaud Marciszewer ... Chico joven
George Mendel ... Camarero en Budapest
Ben O'Brien ... Hombre de negocios en un bar de Londres
Lucas Sehili ... Chico joven
Samy Sehili ... Chico joven
Marek Zerba ... Chico joven


Fuentes documentales:
http://www.imdb.com/
http://www.labutaca.net/
http://www.munichmovie.com/

La Polémica


“Hemos perdido a Hollywood y hemos perdido a Spielberg. Spielberg no es un amigo de Israel. Spielberg no es amigo de la verdad”. Estas palabras dedicadas a la película que tratamos provienen de Jack Engelhard, autor entre otras de la novela Una proposición indecente en la que se basó la famosa película homónima de Adrian Lyne, y pueden resumir de forma tajante una parte, al menos la más escandalosa, de las reacciones que Munich ha causado. “Con Munich, Spielberg corre el riesgo de dañar la imagen que adquirió entre los judíos norteamericanos y también entre los israelíes con La lista de Schindler”. Esta frase, publicada en The New York Times, recoge toda la polémica alrededor de la película. Gran parte de la comunidad judía ha visto como una ofensa la crítica que hace Spielberg a los métodos del Estado de Israel para combatir el terrorismo. La película ha sido acusada de pro-israelí por los árabes, de pro-árabe por los israelíes y hasta de ser neutral. La clave de este absurdo nos la da el propio Spielberg: “Una de las tareas que tuvimos con el guionista Tony Kushner fue no satanizar a nadie”. Sin embargo, este intento de ver el conflicto de forma neutral, sin buscar buenos ni malos, ha sido tachado de simplista e insultante.

Buena parte de la polémica en torno a la película deriva de una de las fuentes de las que se ha servido Spielberg: el libro “Vengeance” (Venganza), escrito por el periodista canadiense George Jonas y publicado en 1984. En él se narran las acciones de cinco miembros del servicio secreto israelí y como éstas afectan al grupo, y fue escrito a partir del testimonio de un agente que presuntamente tomó parte en la operación de búsqueda y asesinato de los responsables del atentado de Munich. “Creo que es una tragedia que una persona de la talla de Steven Spielberg, que ha hecho filmes tan maravillosos, haya basado esta película en un libro que es una falsedad”. Estas palabras provienen de David Kimche, un oficial del Mossad. Afirmac
ión que se puede contrastar con declaraciones del propio Jonas sobre su libro: “No creo en esa noción cínica de que lo que es terrorismo en un hombre sea lucha por la libertad en otro. Los terroristas se definen no por sus propósitos políticos sino por los medios que utilizan para conseguirlos”. Tony Kushner, guionista de Munich, añade lo que muchos de sus críticos no han querido ver, que su película no es una reconstrucción fiel de los hechos: "Es una historia llena de paradojas y contradicciones. Es además una historia sobre una operación secreta, de modo que no se sabe nada a ciencia cierta y probablemente nunca se sabrá, así que nos permitimos inventar y tratar a estos personajes a un nivel más humano. Creo que hemos creado una muy escrupulosa obra de lo que yo llamaría ficción histórica”.

Ambas partes, palestinos e israelíes, se quejan de no haber sido consultados sobre los hechos que refleja la película de Spielberg, sin pensar que lo que busca el director no es una reconstrucción fiel de la historia, probablemente imposible debido al secretismo que la rodea, sino una reflexión. “Cuando me preguntaba por qué hacía la película, me respondía que debía contener un pedido de paz. Porque el may
or enemigo no es Israel o Palestina, sino la intransigencia. Cada uno ve en el otro el reflejo de un opresor mayor, y eso es lo que lleva al conflicto centenario entre árabes e israelíes”. Añade, “creo además que ningún libro ni ninguna película pueden solucionar el problema de Oriente Medio. Pero el intento vale la pena: creo que si los cineastas tienen el coraje de tocar ciertos temas es bueno para todos”.

Entre la crítica cinematográfica se puede leer de todo: algunos destacan un exceso de metraje (la película dura 2 horas y 42 minutos), la frialdad y falta de emoción de la propuesta y cierta obviedad en la presentación del tema moral que trata. Así se puede leer en Haaretz que el cónsul israelí en Los Ángeles ha criticado la película tachándola de superficial y problemática, en cuanto que es equidistante entre la violencia de organizaciones como Septiembre Negro y la que realiza el Estado de Israel.

Otros destacan la valentía de Spielberg al enfrentarse a un asunto como éste, que no sólo da de lleno en la política del ojo por ojo de Israel sino que va más allá cuestionando lo que es legítimo en la lucha contra el terrorismo, un tema de candente actualidad. No son pocos los que alaban la habilidad cinematográfica de Spielberg para trazar una historia que, en el fondo y ante todo, es una película de suspense, y destacan el tono sombrío de la cinta. En ocasiones, leyendo diversas críticas da la impresión de que se habla de películas diferentes, lo que me lleva a pensar que estamos ante una de esas cintas que hay que ver para opinar porque despiertan pasiones, odios e indiferencias sin un patrón lógico.

Por su parte, Spielberg respondió a las críticas. "Si fuera necesario, estaría dispuesto a morir tanto por Estados Unidos como por Israel", aseguró en declaraciones al semanario Der Spiegel. El director niega que su película dé un trato demasiado "humano" a los integrantes del comando que secuestró a los miembros de la selección israelí.

Tratar de entender a los terroristas no significa justificarlos, apunta el realizador: "entender no significa perdonar", añade, "ni tampoco ablandarse por ese acto", sino que es una "posición valiente" frente a lo ocurrido.

Spielberg defiende asimismo la credibilidad del libro de Jonas en que está basado su film, frente a las múltiples críticas recibidas de expertos en Oriente Medio que la consideran inverosímil. "Creo en su autenticidad. En caso contrario no hubiera hecho esa película", sostiene el director.

Asimismo, justifica la decisión de la entonces primer ministro israelí, Golda Meir, de lanzar a sus servicios secretos a una acción contra los terroristas. "La primer ministro israelí tenía que reaccionar a la atroz provocación de Munich: se había asesinado a judíos en Alemania durante las Olimpiadas. No podía dejar sin castigo una acción de tanto peso histórico, un acto terrorista que había sobrepasado tales límites", afirma.


Fuentes documentales:
chaplin2tarantino.blogspot.com
cineypolitica.blogspot.com
actualidad.terra.es

El Libro


La verdadera corriente que inspiró la historia de "Munich", y en la que se basó drásticamente, fue el libro "Vengeance: The True Story of an Israeli Counter-Terrorist Team", publicado en 1984, en el que se reconstruye la decisión del Estado de Israel de llevar a cabo una operación de asesinatos a gran escala y con el mayor secretismo, como respuesta a los sucesos de las Olimpiadas de Munich. Esta decisión de Israel de combatir el terrorismo con terrorismo cambió la historia del mundo para siempre y agravó aún más la tensión en el conflicto palestino-isarelí, cuya violencia terminó por extenderse en la población civil.


Su autor, George Jonas, reconstruyó esta historia tras varias entrevistas que tuvo con el ex-agente del Mossad Yuval Aviv, que participó en los operativos. La identidad de este último está en el origen de la controversia ya que ex miembros del Mossad y los propios servicios israelíes sostienen que Aviv es un impostor.Lo interesante de Jonas es que su investigación la desarrolló como si se tratara de una novela de espionaje lo que genera que la historia esté marcada por el suspense. Con los atentados del 11 de Septiembre este libro cobra una importancia tremenda, ya que demuestra que fue lo que ocurrió cuando Isarel decidió responder al terrorismo con operativos clandestinos destinados a eliminar a sus enemigos. Sólo aumentaron el terror en los años siguientes a un nivel que era imposible de imaginar en los años ´70. En la edición que se editó en el 2005, el libro incluye un nuevo prólogo del ex agente del Mossad que habla de su experiencia y la situación actual del terrorismo tras lo atentados del 2001 en Estados Unidos.

George Jonas (Budapest, 1935) es autor de obras de teatro y periodista, así como productor de telefilms y programas radiofónicos en la Canadian Broadcasting Corporation. Ha publicado tres libros de poesía y una novela, 'Final decree'.

El periodista, que vive en Canadá desde 1956, ganó el Premio Edgar Allan Poe por 'By persons unknown'.

Fuentes:

La Inspiración
El Libro
Venganza
George Jonas

www.hugozapata.com
www.proscritos.com
www.lukor.com
www.georgejonas.ca

El Proyecto


Para el productor Barry Mendel, los acontecimientos de Munich 1972 nunca dejaron de ser un recuerdo intenso y desgarrador. Cuanto más aprendía, más importancia cobraban. Por eso empezó a pensar en un thriller que llevara a la reflexión acerca de la parte más desconocida de la historia. Barry Mendel recuerda perfectamente el suceso y la sensación de que algo había cambiado para siempre en el mundo.

Barry Mendel desarrolló el proyecto durante cuatro años antes de contárselo a Kathleen Kennedy, con la que ya había trabajado en el innovador thriller El sexto sentido. Se lo contó a su vez a Steven Spielberg que finalmente decidió llevar el proyecto a la gran pantalla al acabar la taquillera La guerra de los mundos, la apocalíptica película basada en el clásico de ciencia-ficción de H.G. Wells.

Nada más enterarse del proyecto, la productora estaba convencida de que la historia encajaría a la perfección en el ecléctico abanico escogidos por Steven Spielberg hasta la fecha. “Steven tiene un don para contar historias; con material como éste y un tema de tanta importancia, estaba entusiasmada con las posibilidades”, dice Kathleen Kennedy. Y sigue diciendo: “Hoy en día, el bombardeo de información es constante; pasan muchas cosas cada día. Creo que volver atrás y tener perspectiva es algo que pueden hacer los directores y las personas que cuentan historias para asegurarse de que no olvidemos lo que pasó. Creo que es una de las razones fundamentales por las que Steven quiso hacer la película. Lo que ocurrió entonces explica muchos acontecimientos actuales. Nos hace dar un paso atrás y preguntarnos qué ocurrió hace 33 años y qué nos ha enseñado. Pero también es un thriller que no deja relajarse a nadie y que atraería aunque no se basara en hechos reales”. No es la primera vez que Steven Spielberg explora importantes momentos de la historia. Ya lo hizo con películas como El imperio del sol, La lista de Schindler y El Color Púrpura. La historia de Munich también plantea preguntas vitales acerca del mundo actual y futuro, razón por la que el director quiso mostrar el acontecimiento ocurrido hace 33 años con más detalles humanos de lo que se había hecho hasta ahora.

El director decidió basar la historia en el suspense y en las emociones humanas. Le intrigaba una pregunta que nadie parecía haber hecho: “¿En qué medida se vieron afectados los hombres encargados de llevar a cabo la misión? Después de que Eric Roth (Forrest Gump, El dilema/The Insider) escribiera un primer guión basándose en el libro Venganza, del periodista canadiense George Jonas, Steven Spielberg y Kathleen Kennedy decidieron pedir al dramaturgo Tony Kushner que se uniera al equipo en calidad de guionista. Su obra Ángeles en América, reconocida internacionalmente, estudia las múltiples cuestiones sociales, políticas, sexuales, raciales y religiosas a las que se enfrentaba Estados Unidos a finales del siglo XX, pero nunca había escrito un guión. Tony Kushner se reunió con Kathleen Kennedy y le gustó el concepto que la productora le presentó de Munich. “Me di cuenta de que me proponían una historia tenebrosa, problemática y complicada que no trataba del atentado en sí, sino de sus consecuencias y de la política de crear equipos de asesinos con objetivos definidos. De pronto, estaba interesado”, recuerda.

Para Steven Spielberg, la participación del dramaturgo fue de vital importancia. “No estaba seguro de dirigir Munich hasta que empecé a leer lo que había escrito Tony. A partir de ese momento, todo empezó a encajar”, dice.

Prácticamente todo el equipo de creadores que participan en la película han vivido o recuerdan el día del secuestro y asesinato de los Juegos Olímpicos; la desconsolación, la rabia con la que se había enfocado la situación y lo impactante y duras de las imágenes emitidas por televisión. Pero el dramaturgo no quería tener opiniones preconcebidas al escribir el guión. Estaba más interesado en plantear preguntas provocadoras que en ofrecer respuestas concretas. “Es una historia llena de paradojas y contradicciones”, explica. “También es una historia acerca de una operación secreta, por lo que nada es seguro y probablemente, nunca lo sea. Por eso nos permitimos inventar algunas cosas y tratar a los personajes desde un punto de vista humano. Creo que hemos creado una obra muy correcta de ‘ficción histórica’”. “La mayor dificultad a la hora de escribir esta historia, y lo sabíamos desde el principio, es que nuestros protagonistas son cinco hombres que se dedican a asesinar a gente. Debían ser creíbles como agentes secretos, no digo al estilo James Bond, sino como los auténticos agentes que trabajan para la inteligencia. Al mismo tiempo, había que plantearse quiénes eran realmente esos hombres. Lo que más me fascinó fue calibrar los personajes, sobre todo a Avner”, reconoce Kushner.

El proyecto careció de título durante mucho tiempo, pero según iba escribiendo, Tony Kushner se inclinaba cada vez más por Munich. El director estaba de acuerdo en que era el título perfecto para una película que presenta un acontecimiento estremecedor que evoluciona hacia un dilema moral. “Me gusta la simplicidad del título. La película empieza con un hecho duro e histórico, para demostrar que no es nada simple y que todas las certezas que lo rodean pueden ser cuestionadas”, explica el dramaturgo. “Además, ‘Munich’ tiene muchas resonancias. No sólo es Munich 72, también es el lugar de nacimiento del nazismo. Tiene un sonido metálico que parece encajar con el tema principal de la historia”.

Incluso después de una intensa colaboración durante la escritura del guión, Tony Kushner sentía mucha curiosidad para saber adónde llevaría Steven Spielberg la historia una vez que empezase a rodar. “Nadie conoce el suspense como Steven”, dice. “El espectador sabe que acaba metido en lo que pasa en todas sus películas. Lo interesante es que entre el suspense de este thriller, aparecen cuestiones que dan pie a otras. Creo que encontró la forma de mezclar varios géneros para realizar una película muy interesante”.


Fuentes documentales:
chaplin2tarantino.blogspot.com/
http://www.cinenganos.com/
http://www.labutaca.net/
http://www.proscritos.com/

La Historia


En septiembre de 1972, un atentado terrorista sin precedentes fue retransmitido en directo para 900 millones de telespectadores, augurando el comienzo de un nuevo mundo marcado por una violencia impredecible.

Ocurrió durante la segunda semana de los Juegos Olímpicos de Munich. Masacre; once atletas israelíes fueron secuestrados y, tras negociaciones y operaciones de rescate fallidas, asesinados a manos del grupo terrorista de origen palestino Septiembre Negro, quienes solicitaban la liberación de 234 presos palestinos en Israel y Alemania. El gobierno israelí decidió responder: puso en manos del servicio secreto crear un comando formado por miembros desconocidos, cuya misión extra-oficial sería localizar, buscar y asesinar a las personas, que según el Gobierno, fueron responsables de la matanza.

El protagonista de la historia es un joven agente secreto israelí, Avner, de nula experiencia en combate. Uno de sus superiores en el Mosad, llamado Ephraim, habla con Avner, que sigue dolido y furioso por el salvaje atentado, para proponerle una misión sin precedentes en la historia de Israel. Le pide que abandone a su esposa embarazada, que olvide su identidad y desaparezca de la faz de la tierra para cazar y matar a los once hombres acusados por los servicios secretos israelíes de haber planeado la matanza de Munich. A pesar de su juventud y de su falta de experiencia, Avner no tarda en convertirse en el líder de un equipo de cuatro miembros, junto a él, tan diferentes como hábiles: Steve, un surafricano temerario y duro es el conductor; Hans, un judío alemán experto en falsificar documentos; Robert, un fabricante belga de juguetes reconvertido a fabricante de explosivos; y Carl, un hombre silencioso y metódico que se encarga de "limpiar" la escena del crimen. Desde Ginebra, Frankfurt, Roma, París, Chipre, Londres hasta Beirut, Avner y su equipo viajan de incógnito, buscando cada uno de los objetivos incluidos en una lista secreta, asesinándolos uno a uno mediante complicadas estrategias. Obligados a trabajar fuera de la ley, siempre de un lado a otro, sin hogar ni familia, siendo la única conexión con otros seres humanos los propios miembros del equipo.

Esta relación se resquebraja cuando empiezan a discutir por preguntas que se hacen cada vez más presentes: "¿A quién matamos exactamente? ¿Es posible justificarlo? ¿Detendrá esto el terror?". Atrapados entre el deseo de venganza y las crecientes dudas, la misión empieza a corroer las almas de Avner y de su equipo, al mismo tiempo que se hacen conscientes de que cuanto más tiempo dure la caza, más probabilidades habrá de convertirse en presas.


Fuentes documentales:
chaplin2tarantino.blogspot.com
http://www.comohacercine.com/
http://www.descontexto.blogspot.com/
http://www.filmaffinity.com/
http://www.labutaca.net/
http://www.munichmovie.com/

Trailers

Trailer oficial en inglés:


Trailer oficial en español:


Trailer oficial en aleman:



Fuentes documentales:
http://www.youtube.com/

Nominaciones y Premios

5 Nominaciones en los Oscars de 2006 a:
  • Mejor Película
  • Mejor Director
  • Mejor Banda Sonora
  • Mejor Montaje
  • Mejor Guión Adaptado

1 nominación a American Cinema Editors:
  • Mejor Montaje

1 nominación del Australian French Institu (International Award):
  • Mejor Actor

2 nominaciones de Broadcast Film Critics Association Awards (Critics Choice Award):
  • Mejor Director
  • Mejor fotografía

1 premio del Central Ohio Film Critics Association (COFCA Award):
  • Mejor adaptación

1 nominación en los Chicago Film Critics Association Awards(CFCA Award)
  • Mejor fotografía
  • Mejor director

1 nominación en los Directors Guild of America, USA (DGA Award)
  • Mejor director

1 nominación en los Empire Awards, UK (Empire Award)
  • Mejor thriller

2 nominaciones a los Globos de Oro:
  • Mejor Director
  • Mejor Guión

1 nominación a los Golden Trailer Awards:
  • Mejor drama

1 nominación en los Grammy Awards:
  • Mejor Banda Sonora Original

3 premios en los Kansas City Film Critics Circle Awards:
  • Mejor director
  • Mejor película
  • Mejor guión adaptado

1 nominación en los Motion Picture Sound Editors (USA) (Golden Reel Award):
  • Mejor edición de sonido

5 nominaciones en los Online Film Critics Society Awards (OFCS Award):
  • Mejor director
  • Mejor montaje
  • Mejor Banda Sonora Original
  • Mejor fotografía
  • Mejor guión adaptado

2 nominaciones y 2 premios en los Washington DC Area Film Critics Association Awards (WAFCA Award):
  • Mejor director (premio)
  • Mejor fotografía (premio)
  • Mejor guión adaptado (nominación)
  • Mejor actor secundario (nominación)

1 nominación en World Soundtrack Awards:
  • Mejor Banda Sonora Original del Año

Fuentes documentales:
http://www.cineol.net/
http://www.filmaffinity.com/
http://www.imdb.com/

Fechas de estreno

Canadá: 23 de diciembre de 2005 (Québec)
Estados Unidos: 23 de diciembre 2005 (limitada)
Estados Unidos: 6 de enero de 2006
Bélgica: 25 de enero de 2006
Francia: 25 de enero de 2006
Suiza: 25 de enero de 2006 (región francófona)
Argentina: 26 de enero de 2006
Alemania: 26 de enero de 2006
Hungría: 26 de enero de 2006
Israel: 26 de enero de 2006
Países Bajos: 26 de enero de 2006
Suiza: 26 de enero de 2006 (región alemana)
Tailandia: 26 de enero de 2006
Austria: 27 de enero de 2006
Brasil: 27 de enero de 2006
Dinamarca: 27 de enero de 2006
Estonia: 27 de enero de 2006
Islandia: 27 de enero de 2006
Italia: 27 de enero de 2006
México: 27 de enero de 2006
Panamá: 27 de enero de 2006
Polonia: 27 de enero de 2006
España: 27 de enero de 2006
Suiza: 27 de enero de 2006 (región italiana)
Turquía: 27 de enero de 2006
Inglaterra: 27 de enero de 2006
Australia: 2 de febrero de 2006
República Checa: 2 de febrero de 2006
Grecia: 2 de febrero de 2006
Portugal: 2 de febrero de 2006
Eslovaquia: 2 de febrero de 2006
Suecia: 2 de febrero de 2006 (Gothenburg Film Festival)
Noruega: 3 de febrero de 2006
Venezuela: 3 de febrero de 2006
Japón: 4 de febrero de 2006
Serbia: 7 de febrero de 2007
Filipinas: 8 de febrero de 2006 (Manila)
Hong Kong: 9 de febrero de 2006
Corea del Sur: 9 de febrero de 2006
Finlandia: 10 de febrero de 2006
Suecia: 10 de febrero de 2006
Rusia: 16 de febrero de 2006
Singapur: 23 de febrero de 2006
Egipto: 8 de marzo de 2006
Malasia: 13 de abril de 2006
Kuwait: 19 de abril de 2006

Fuentes documentales:
http://www.imdb.com/

Ficha técnica

Título: Munich
Título original: Munich. También conocida como Untitled 1972 Munich Olympics Project
Género:
Drama, Thriller, Intriga, Historia
Dirección:
Steven Spielberg
Guión:
Tony Kushner, Eric Roth
Fotografía:
Janusz Kaminski
Música:
John Williams
Montaje:
Michael Kahn
Productora:
DreamWorks Pictures / Universal Pictures / Amblin Entertainment
Producción:
Kathleen Kennedy, Steven Spielberg, Barry Mendel y Colin Wilson
Diseño de producción:
Rick Carter
Vestuario:
Joanna Johnston
Formato:
Color
Origen:
Estados Unidos
Año: 2005
Duración:
164 minutos
Calificación:
Apta para mayores de 13 años
Web:
http://www.munichmovie.com/
Recaudación en España:
5.594.348 €
Recaudación en Estados Unidos:
44.313.605 $

Fuentes documentales:
http://www.cinesargentinos.com/
http://www.cineol.net/
http://www.filmaffinity.com/
http://www.imdb.com/
http://www.labutaca.net/